Traducido por Alejandra Diaz Lopez
Los estudiantes de la escuela secundaria de Brentwood se enfrentaron con un desafío las primeras semanas de clase cuando una fuerte ola de calor causó que las temperaturas subieran hasta tocar los 90 grados Fahrenheit, transformando la escuela en una completa sauna.
Mientras que la escuela de Brentwood batallaba admirablemente contra el reto, también trajo a colación un debate importante: ¿es el aire acondicionado un lujo, o una necesidad?
Mientras la humedad alcanzaba niveles incómodos, las clases se volvieron una prueba de resistencia inesperada tanto para profesores como para estudiantes.
“No podía concentrarme,” comentó o Alysson Moonilal, estudiante de onceavo grado. “Estaba más concentrada en el calor, que en lo que estaba aprendiendo.”
“El sentimiento de claustrofobia y sofocamiento de los salones era inquietante,” dice Cindy Euceda, estudiante de doceavo grado. “Constantemente tenía problemas a causa de temblores en el cuerpo y aturdimiento.”
Algunos profesores afortunados tenían aires acondicionados en sus aulas, sobre todo las salas de informática. Aquellos sin las unidades de aire acondicionado poseían múltiples ventiladores para mantener el aire circulando. Unos cuantos profesores tenían hasta cuatro ventiladores en sus salones, aun así, el calor seguía siendo un gran reto.
“Tuvimos suerte de que algunos profesores trajeran sus propios ventiladores para refrescarnos,” nos dice Lily Hurrinus, estudiante de onceavo grado.
Los educadores también recurrieron a abrir puertas y ventanas, alentando el movimiento del aire en busca de traer cierto alivio para sus estudiantes.
“Todos sufrimos por lo mismo, y eso está causando que el estudio y la concentración en las clases sea difícil,” comenta el señor Lane, profesor de química.
El señor Lane les pide a todos que tengan en cuenta y cuiden de la hidratación del cuerpo. El mismo permitió que sus estudiantes salieran de las aulas a llenar sus botellas de agua y que fueran a beber de la fuente.
“No tenemos aire acondicionado en nuestros salones, y sería ideal tenerlo para nuestros estudiantes y profesores,” comparte nuestra directora, la doctora Dulin, que reconoce los conflictos para mantener la atención en los primeros días de clase.
El calor sofocante y la humedad durante la primera semana de clases también ha causado preocupación sobre el impacto que la facultad y los alumnos tendrían en el funcionamiento de la institución. La doctora Dulin reconoce que las cafeterías tuvieron temperaturas muy elevadas añadiendo malestar e incomodidad a los estudiantes durante las horas de almuerzos. Así mismo, se pudo observar el aumento en los números de estudiantes congregados en los pasillos durante sus periodos libres en busca de un pequeño respiro.
Para asegurar la comodidad de los profesores y empleados de la escuela, la doctora Dulin nos cuenta que el equipo administrativo tomó o las medidas necesarias para “colocar ventiladores grandes en partes claves del edificio.”
Hurrinus cree que la escuela pudo haber hecho un mejor trabajo manejando las elevadas temperaturas dentro de la institución. También sugiere que la escuela debería revisar el código de vestimenta o hacer excepciones durante la época de temperaturas altas.
Podríamos invertir in ventiladores de mayor tamaño y colocarlos en los pasillos, facilitándolos en todos los pasillos, e incluso los salones,” dijo la doctora Dulin.
Así también, la doctora Dulin comenta que, para implementar tales cambios, se necesitaría el apoyo del estado de Nueva York. Ella ofrece la esperanza de cambio, mencionando los esfuerzos que los distritos vecinos ya vienen haciendo, pidiendo al estado que se les permita tener días de escuela virtual, similares a los días de nieve. Esto permitiría a los estudiantes aprender desde la comodidad de sus hogares durante aquellos días en que las temperaturas son extremas, aliviando así la tensión existente en los edificios escolares.
Con más de 4,000 estudiantes en la escuela secundaria de Brentwood, este es uno de los distritos más grandes de Long Island. El tamaño de la población estudiantil resalta la importancia de tomar en cuenta los problemas que ocasionan las altas temperaturas.
La instalación de aires acondicionados es una inversión que no solo contribuye con el aprendizaje de los niños, pero también con el bienestar de todos en la comunidad educativa. Provee el ambiente adecuado para mantener la atención en el aprendizaje y la enseñanza, independientemente de las temperaturas fuera de los salones de clase.